martes, 4 de mayo de 2010

Raúl da para todo (Primera Parte)






"Investigación" de una tal Carina Villafañe (la de la foto) sobre la muerte de Myriam Stefford.

Leemos:

"Carina Villafañe se pregunta: “¿Quién pudo llegar en ese lapso de tiempo tan corto para ver los cuerpos?”. Y se responde: “Nadie”. Quienes estaban allí terminaron su obra y se fueron en avión. Si hubiese sido una bomba, el avión hubiera explotado y los cuerpos hubieran estado dentro o cerca del avión. Pero esto no fue así. Se encontraron los cadáveres repartidos en el campo, descuartizados y cubiertos con los diarios del “Raid de las 14 provincias”. Para Médici hay dos hipótesis. Un descuartizamiento o un tiroteo seguido del desmembramiento. Villafañe avala otra teoría: Stefford y Fuchs habrían sido arrollados por el tren. Según la investigadora, en 1992, el relato de un médico forense concluyó que murieron arrollados por el tren. Cercana a una torre telefónica que aún vive en Marayes, hay una vía interna de la mina Richard que, en ese entonces vivía a pleno emprendimiento de carbón. Villafañe afirma que a toda esa gente no la podían callar, por eso hasta hoy, vive la hipótesis de un tercer cuerpo. Según la investigación, técnicamente, alguno de los muchos obreros dijo algo que no tenía que decir. Pasó el tren y los despedazó a los tres. Luego, los cuerpos fueron diseminados en el campo. Barón Biza tenía la costumbre de alquilar trenes, costumbre común en aquellos tiempos. Cuenta Carina que en su primer viaje a Marayes, se sorprendió al comprobar que la gente decía todo lo contrario a lo que estaba escrito en los diarios: no podía coincidir que los pobladores marayenses habían llegado corriendo a ver a los aviadores cuando nadie puede correr tres kilómetros en tan poco tiempo. Marayes estaba lejos del accidente. Aquellas pruebas técnicas empezaron a demostrar que algo no estaba bien. Afirma la investigadora que “el desarrollo de un accidente aéreo tarda de tres a cuatro días”. Asegura que hubo razones comerciales y sentimentales para los crímenes. “Eran aviones que se tenían que vender, el sistema de ventas era a través de los raids y ese avión había tenido un gran éxito el año anterior”, destaca la investigadora.En aquella época gobernaba el país el general Félix Uriburu, declarado el estado de sitio, estaba anulaba cualquier posibilidad de derecho o protección. Tanto Stefford como Fuchs dependían de las embajadas de Suiza y Alemania. Luego de los homenajes de rigor, ninguna embajada investigó más. El informe militar de 1931 dice textualmente: “una chaveta faltó, no se sabe porqué, se seguirá investigando”. Villafañe afirma que no se investigó más porque Barón Biza era sinónimo del poder económico de Buenos Aires y del país.Médici concluye que los crímenes no pueden haberse realizado en soledad. Se necesitaba asesoramiento aeronáutico. “Para armar algo así se necesita conocer las características y el funcionamiento del avión y cómo se carga la nafta. Evidentemente hubo un asesoramiento oficial”, destaca Villafañe. La investigación concluye que no fue un accidente. El planeador fabricado en madera y tela nunca se estrelló, si lo hubiera hecho debería haberse incendiado y no dejar restos. No fue así. El avión aterrizó, los esperaron y procedieron a ejecutarlos. La verdad resucitó casi 80 años después."




Cualquier cosa.


Fuente: http://www.elzonda.info/index.php/historias-que-parezca-un-accidente.html

(SITIO AL QUE PODÉS ENTRAR Y CONTESTARLE)





Próximamente, las respuestas de Gabriel Waisberg y Federico Alejandro Minolfi

1 comentario:

Anónimo dijo...

De dónde salió esta boluda?????

Le falta la banderita de taxi y el medio melón en la cabeza jajajaja