Historia de amor... bla, bla, bla.

Hay que admitir que generar un sitio web "en serio" para reemplazar este blog es una tarea que nos está costando (no tenemos web master, así que todo es ensayo, error y nuevo ensayo). Por eso es que francamente le estamos dando poca bola a postear acá. Igual, hay cosas que obligan a decir lo nuestro, aunque lo escuchen pocos.

Hoy salió otro suplemento en La Voz del Interior (sí, otro más) sobre la historia de Raúl Barón Biza y Clotilde Sabattini. Ya de entrada, fruncimos el ceño: una foto de JORGE BARON BIZA en la tapa, como si fuera su viejo (un pifie que ni siquiera el pavote de Christian Ferrer fue capaz de cometer) espanta a cualquiera.

Es una revistita de unas ocho páginas cuyo único interés real está en un par de fotos raras (una con Quinquela, que ya teníamos, y otra más chiquita sentado a la mesa con otra gente, que nos resultó una novedad). Eso, y una reflexión final piadosa y con buena leche, que dice así: "Luego, las crónicas dirán que se ha matado, lo que es exacto. Que nadie reclamó sus restos de la morgue, lo que es mentira. Que Clotilde rezó un rosario por su alma, lo que es cierto. Que Raúl nunca la quiso, lo que es falaz. Y que un día ella se suicidó, como Barón Biza, lo que es verdad".

También lo han llamado a Christian Ferrer, que hace ya un lustro viene morfando de Barón Biza. Es decir, de odiar a Barón Biza y de encontrar frasecitas rococó para cubrirlo de bosta. Antes, con las tripas hay que decirlo, daba bronca. Ahora da risa, porque la mejor vendetta de Raúl sobre este boludo es que tiene que seguir nombrándolo para tener espacio en algún medio. Por sí mismo, vale menos que la revista Paparazzi del mes pasado; necesita a Raúl mucho más de lo que Raúl lo necesita a él. Y para peor, ya ni siquiera le queda el monopolio sobre el tema.

Todo lo demás, es lo mismo que hemos venido leyendo durante años... la historia de amor... el ácido... las reflexiones con el diario del lunes... ya cansa un poco.

La Voz del Interior podría jugarse e ir a por el escritor, profundizar en la obra literaria de uno de los artistas más controversiales que tuvo esta provincia. Eso sí que valdría la pena, y no esta sarta de lugares comunes que es más digna de un radioteatro. Hay media docena de libros que merecen conocerse, pero nos seguimos tragando el sapo de la historia de amor trunco, del monumento a Myriam Stefford y tantos otros datitos de trivia que no están a la altura de lo que significa Barón Biza.

Ya lo dijimos una y mil veces, y lo repetimos. A Raúl podrán tirarle toda la mierda que quieran. Podrán, como Ferrer, intelectualizar estupideces. Podrán contar la historia, ya gastada, de su tragedia personal. Podrán decir lo que sea de sus libros y de su obra. Pero hay algo que nunca van a poder borrar, y es algo que no se muere: el cariño de los lectores.

Nosotros, mientras tanto, seguimos trabajando para que a fin de año esté terminado el sitio oficial y este blog termine siendo lo que quisimos que fuera: un borrador del homenaje que Raúl Barón Biza, EL ESCRITOR, se merece.

Vos decidís.


AMIGOS DE BARÓN BIZA